Debut, remontada y victoria

Hay días que recuerdas siempre en tu carrera deportiva: tu debut, alguna remontada épica y las victorias más sufridas. Pero si combinas todos ellos en un mismo día se crea un recuerdo único e inolvidable. Esto es lo que pasó el domingo para muchas de las jugadoras del recién creado Rugby Majadahonda Emerging.

Después del partido del primer equipo, era el turno del debut en liga del tercer equipo femenino. Un hito histórico para el club y para el rugby español. Pocos clubes femeninos pueden contar que han tenido un tercer equipo. Eso ya hacía al partido especial. Pero es que además el azar decidió que el primer rival de este recién creado equipo fuera ni más ni menos que Torrelodones Rugby Club. Un equipo ya hecho y derecho, consolidado en la competición regional de Madrid y entre los favoritos de la liga.

Parecía que las rhinas sabían eso, y salieron al campo más temerosas de lo habitual. Tal fue la situación, que durante la primera parte casi no pudieron contrarrestar las acometidas de las visitantes. Con un marcador en contra de 0 a 17, las majariegas en lugar de agachar la cabeza y tirar la tolla; se pusieron el mono de trabajo. Con la experiencia de muchas veteranas en el rugby y en el club, y la garra de las nuevas incorporaciones, las de azul y rojo tomaron las riendas del partido comandadas por la dupla de medios Pilar García-Albertos y Cristina ‘Roca’ Tierno y se hicieron con la segunda mitad. Primero con un ensayo de Pati Pérez-Laorga que pasaría entre palos Cristina ‘Roca’ Tierno, abriría el marcador que desde ese momento solo sumaría para las locales. Menos de diez minutos después, la capitana Susana Gutierrez posaría de nuevo para que Tierno volviera a pasar entre palos. 14 a 17 a falta de un cuarto de hora, la épica estaba servida.

En los últimos diez minutos de partido, el premio se lo llevaría una de las veteranas, Oti Camacho que lograría el tercer posado que dejaría el marcador en el 19 a 17 final y sumaría la primera victoria para el equipo.

Un gran resultado para poner la guinda al pastel del proyecto de tercer equipo que nació hace un par de años y que ya es toda una realidad.